Casi tres millones de personas vieron el último episodio de Succession, lo que lo convirtió en el capítulo con más espectadores de la serie. Entre ellos, no se encontraba Jesse Eisenberg, que protagoniza y dirige A Real Pain, disponible en los cines de España a partir del 10 de enero. Como ha reconocido en una entrevista, Eisenberg aún no ha visto un solo minuto de Succession. “Lo haré en algún momento de mi vida”, prometió durante la promoción de A Real Pain. “Seguramente cuando me vea postrado en la cama con algún tipo de gripe”.
La razón de este repentino interés en el currículo seriéfilo de Einseberg se encuentra en el reparto de A Real Pain: Kieran Culkin. El hijo más díscolo de Logan Roy coprotagoniza A Real Pain, y hace en ella, quizá, su mejor papel en un largometraje. Las consecuencias no se han hecho esperar: el actor de Succession ha conquistado el Globo de Oro a mejor intérprete de reparto y apunta al premio mayor. Así que, si Kieran, que nunca ha optado a una estatuilla, acaba ganando el Oscar, habrá que buscar entre el público a Pedro Pascal.
¿De qué trata 'A Real Pain'?
Jesse Einseberg ha dirigido y escrito su segundo largometraje con A Real Pain, drama en el que, además, representa a uno de los dos personajes principales. A Real Pain sigue el viaje de dos primos que, tras la muerte de su abuela, se trasladan a Europa para rastrear las raíces de su familia. Esto los lleva a apuntarse a un tour sobre el Holocausto, que les servirá no sólo para entender el mundo en el que creció su abuela, sino también para descifrar su propia realidad.
La película ha sido rodada mayormente en Polonia. De hecho, el pueblo de la abuela de los protagonistas es el municipio en el que los ancestros de Jesse Einseberg se asentaron tras la diáspora. El campo de concentración mostrado es auténtico y, hasta que Einseberg no contó con el permiso para filmar en él su película, esta no comenzó a desarrollarse.
A Real Pain se rodó en el campo de concentración de Majdanek, próximo a la ciudad polaca de Lublin. En Madjdanek, los alemanes asesinaron a más de 80.000 personas, 59.000 de ellas de origen judío. Casi 5.000 de los muertos no habían cumplido los 15 años.
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